Di la verdad siempre, pero no en cualquier momento. Hay que ver la forma de decirla para que esa verdad sea tomada en forma normal y no hiera tanto. Pueden no gustarte las verdades que te digo, pero debo prepararte antes con verdades más insignificantes, porque si no, tú no las soportarías. Debo hacer un colchón de diferentes verdades, cada una más difícil y verás que la última la aceptarás mejor, aunque sea la más dura, porque ya estarás preparado para enfrentarla.
No importa cuál sea la verdadera Verdad, lo importante es lo que tú consideras tu Verdad. Trata de ser honesto siempre y verás que así lo serán contigo. Tú debes saber que las mentiras tienen dos protagonistas: el mentiroso y el que se deja mentir. En algunos casos uno es consciente de que no se le está diciendo la verdad absoluta y sin embargo calla. Si abres la boca perderás dos amigos. Si no la abres no perderás a ninguno, pero tu autoestima bajará mucho. Hay que elegir lo menos malo.
Si no toleras las mentiras de los demás, ábrete, no los veas, no compartas nada con ellos. Bríndate totalmente si es recíproco, si no lo es, pues aparta tu mente y tu corazón de quien te hiere. Si te atrevieras a decir las cosas tal cual las sientes y las piensas, menores serían tus problemas y tus miedos desaparecerían. Tienes miedo de los demás como si algún otro más que tú pudiera juzgarte. Nadie puede hacerlo. Nadie tiene el derecho de juzgar. Eso es lo que debes asumir como verdad inalterable. Así lograrás paz interior y exterior.
Cada persona tiene derecho a sentir o hacer cosas diferentes a las que tú piensas como verdades. No te avergüences por tus actos si tus sentimientos acompañan esa actitud. La realidad es la única verdad, no importa si es mala o buena; existe y uno debe adaptarse a ella. Debes encontrar la medida de las cosas".
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